Fue una las personas que más ayudó, junto con su marido Norberto, para que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X se instalase en la Argentina. Nunca titubeó ni se amilanó frente a las dificultades.
El recuerdo de su vida ejemplar acompañará siempre a los que la conocimos y tanto quisimos.
Duerme en la paz del Señor, inolvidable Marga.