Escribe Marco Tossati a sus lectores de Stilum Curiae acerca de los ataques de Bergoglio a los sacerdotes tradicionalistas, a quienes en su autobiografía los tiene por “desequilibrados”;
“(Bergoglio) Según afirman testigos creíbles, a las personas que lo han frecuentado y lo frecuentan presenta todos los síntomas de un bipolarismo acentuado y trastornos de conducta: lenguaje soez, accesos de ira y estados de depresión. Y que toma -de lo que se nos confió hace muchos años, al comienzo de su pontificado- medicamentos destinados a corregir estos desequilibrios. Así que, con toda razón, se puede decir: ¿de qué púlpito viene el sermón?… Tú eres mi auxiliador y mi libertador: Dios mío, no tardes…”
Y yo también pido que el Señor no tarde, llevándose a este perturbado mental.