Sostener una idealizada hetero-normalidad y no integrar la realidad de la diversidad sexual tiene consecuencias especialmente sobre las personas con orientaciones sexuales alternativas, quienes experimentan fuertes discriminaciones debido a tres fenómenos: la heteronormatividad, que refuerza lo esperable socialmente en términos de comportamiento de género y normas sexuales;
el heterosexismo que, sosteniendo la heterosexualidad como lo normal y lo aceptable, devalúa y desacredita la homosexualidad y otras orientaciones sexuales;
y la homofobia como temor y aversión hacia las personas homosexuales o a quienes no se comportan según los roles estereotipados de género.