EN TORNO A LO “COMPLEJO”

Como ha sido durante todo el (des)gobierno de Bergoglio la ambigüedad fue la regla para dar informaciones, sin descartar el secretismo sobre las andanzas que se conocieron después. Aunque se insistía sobre la necesidad de la más absoluta transparencia.

Pero sería bueno que ahora conociéramos la verdad sobre su verdadero estado de salud. Sus correveidiles insisten en que ha pasado “una noche tranquila”y se notan los esfuerzos de Elisabetta Piqué, corresponsal de La Nación en el Vaticano, para minimizar tan delicado asunto.

Pero el buen sentido indica que es algo bastante más serio, escondido detrás de la palabra «complejo».

¿Qué inconveniente sería hablar directamente de gravedad o al menos de delicado? Eso aumentaría la piedad de los fieles que rezarían más fervorosamente sus preces para la mejoría.

Me uno a ellos en las oraciones, que buena falta le hacen a Jorge Mario Bergoglio. Y también lo haré por la pronta restauración de un Papado católico.