Escribe Roberto Pecchioli, duro y punzante:
El Papa que calla sobre Dios, que no vive en el Vaticano, que llevó en procesión a Roma un ídolo amazónico, que firmó encíclicas similares a panfletos ecologistas, ya nos había acostumbrado a todo. Pero el último no, duele demasiado. Ver al Papa –la mayúscula indica la función– fotografiado en San Pedro con un poncho de rayas, pantalones arrugados y sin solideo lo supera todo, a los ojos de un pobre cristiano.
La fe perdura, pero el hombre crea vergüenza. Hubo un tiempo en que esto se habría llamado un escándalo, pero en la nueva Iglesia de la trinidad secular de lo verde, la inmigración y la homosexualidad, la palabra no significa nada.
(El artículo completo en https://www.maurizioblondet.it/il-papa-con-il-poncho/)