ABERRACIONES DEL CANGREJAL

“Históricamente, nuestro país ha sido reconocido a nivel regional y global por su vasto marco normativo en materia de promoción y protección de las mujeres y diversidades y por su trayectoria en lucha y consagración de derechos sexuales y reproductivos, incluido el derecho a la educación sexual integral, la ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, el matrimonio igualitario, la identidad de género, el acceso a métodos anticonceptivos, el derecho a la interrupción del embarazo, la ley Mil Días y la ley Olimpia, en cumplimiento de los estándares internacionales en materia de derechos humanos. En la actualidad nos encontramos ante una fuerte reacción frente a los cambios estructurales que hemos logrado desde los movimientos feministas y diversos”, opinó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.

LA VERDADERA CARIDAD – Todos rezan por el Papa, pero piden “solo” la curación

Escribe Luisella Scrosati

Los llamamientos a la oración por la salud física del Pontífice parecen olvidar lo más importante para un hombre de 88 años que, tarde o temprano, se acerca al final de su camino terrenal: las gracias necesarias para ganar la última batalla. La decisiva para él y para todos.

La salud del Santo Padre parece gravemente comprometida. Una nueva TAC de tórax, realizada el martes pasado, reveló una neumonía bilateral que ha obligado a los médicos a revisar las terapias y que ha complicado bastante el cuadro clínico del Pontífice, lo que sin duda prolongará su estancia en el Policlínico Gemelli y podría marcar un declive quizás irreversible, a pesar de las garantías de que el Papa ya se está preparando para las celebraciones de Pascua.

…la salud y la enfermedad están sin duda en manos de Dios y, por lo tanto, es justo dirigirse a él para pedir la curación de un enfermo, como enseña la práctica constante de la Iglesia.

Pero… Hay un “pero”. Dado el cuadro clínico del Pontífice y su venerable edad, sería irresponsable y señal de una fe meramente horizontal detenerse en la petición de curación. Porque Jorge Mario Bergoglio, antes de ser el Papa Francisco es un hombre que parece acercarse a dos momentos cruciales de la vida humana: la última agonía y el juicio divino. Dios puede conceder la gracia de una curación, varias veces en la vida incluso, con o sin mediación médica, pero es imposible evitar la muerte y, con ella, el juicio de Dios, que determinará nuestra condición eterna.

Por esta razón, la caridad cristiana exige que, además de rezar por la salud de un enfermo, e incluso más que esto, se pidan al Señor todas las gracias necesarias para rechazar el pecado, ser purificados y ser sostenidos en la última gran batalla decisiva

Se puede objetar que el Papa Francisco no está moribundo: duerme bien, se levanta un poco, desayuna, lee el periódico, hace algún trabajo; será verdad, pero hay que reconocer que su problema no es una simple bronquitis molesta y pasajera. Un hombre de casi noventa años, en estas condiciones, que además han empeorado a principios de semana, objetivamente corre un riesgo de vida.

Por parte de la Sala de Prensa, también sería deseable que se dieran noticias no solo sobre la salud del Pontífice, sino también sobre la forma cristiana de vivir la enfermedad y acercarse al día del gran paso. Hasta la fecha, solo se sabe que el Papa ha recibido la Santa Comunión: no hay noticias de que algún sacerdote haya celebrado la Misa por él en su habitación o en la capilla adyacente preparada, como sucedió con Juan Pablo II. Y tampoco se sabe si el Papa ha recibido el sacramento de la Unción de los Enfermos. Por el contrario, la triste noticia de que Francisco siguió la Misa por televisión el domingo pasado se difundió a través de la prensa. ¿No se pensó en preparar un pequeño altar móvil en la habitación del papa hospitalizado y celebrar por él el día del Señor?

No se trata de no meterse en los asuntos ajenos. En una época como la nuestra, en la que no se llama al sacerdote por miedo a que el enfermo se dé cuenta de que está muriendo y ni siquiera los cristianos recuerdan la importancia de los sacramentos, en particular la Confesión, la Unción de los Enfermos y la Extremaunción, y de los sacramentales apropiados, como la oración y la bendición de los enfermos, y también el aceite exorcizado, agua bendita, etc., es una gran obra de evangelización recordar cómo un cristiano está llamado a prepararse para la muerte que parece cercana, más aún si este cristiano es el Jefe de la Iglesia visible. Y se espera que aquellos que una vez fueron llamados “los consuelos de la Religión” hayan llegado efectivamente al Pontífice, dada la falta de Misa dominical.

Y luego, permítanme sugerir otra intención de oración, tal vez al Arcángel San Miguel: que haga naufragar cualquier intento de aprobar en el último momento decisiones o documentos problemáticos que hasta ahora yacían inertes en los cajones de los escritorios de algún Dicasterio.

https://brujulacotidiana.com/es/todos-rezan-por-el-papa-pero-piden-solo-la-curacion

BESTIARIO BERGOGLISTA (128)

Primer curso sobre diálogo ecuménico e interreligioso en la Casa de la Familia Abrahámica

Se realizó en Abu Dhabi del 8 al 12 de febrero teniendo como referencia el documento sobre la fraternidad humana firmado en Emiratos Árabes Unidos hace cinco años.

Primer curso sobre diálogo ecuménico e interreligioso en la Casa de la Familia Abrahámica

La Casa de la Familia Abrahámica de Abu Dhabi fue sede -del 8 al 12 de febrero- de la primera edición del curso ‘Formación y puesta en común del documento sobre la fraternidad humana y sus recepciones/repercusiones», destinado a los delegados de las Conferencias Episcopales que trabajan en el ámbito del diálogo ecuménico e interreligioso.

El creador de esta iniciativa, el religioso Stefano Luca OFM Cap, director de la oficina para el Diálogo Interreligioso y Ecuménico del Vicariato Apostólico de Arabia Meridional y rector de la Iglesia de San Francisco en la Casa de la Familia Abrahámica de Abu Dhabi, manifestó: «Tras meses de planificación, se aplicó a estas jornadas una metodología de medio día de formación teórica y medio día de visitas a lugares religiosos. Esto nos permitió no sólo adquirir conocimientos, sino también experimentar sobre el terreno las mejores prácticas de convivencia y diálogo presentes en los numerosos lugares religiosos de los Emiratos Árabes Unidos».

Participaron 15 delegados de once regiones eclesiásticas italianas y cinco delegados del Vicariato Apostólico de Arabia Meridional, pertenecientes a las oficinas de Formación Cristiana, la de Escuelas Católicas la de Diálogo Interreligioso y Ecuménico

Ética en acción para el desarrollo sostenible

Editado por Jeffrey D. Sachs, Marcelo Sánchez Sorondo, Owen Flanagan, William Vendley, Anthony Annett y Jesse Thorson. Prólogo del Papa Francisco y del Patriarca Ecuménico Bartolomé.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adoptados por las Naciones Unidas en 2015, comprenden una agenda ambiciosa y de gran alcance que une objetivos económicos, sociales y ambientales. ¿Qué recursos ofrecen las tradiciones religiosas y seculares del mundo para apoyar estos objetivos? ¿Qué principios tienen en común estas tradiciones y cómo pueden estos valores compartidos ayudar a promover los objetivos globales?

Basándose en más de dos años de debates estrechos convocados por Jeffrey D. Sachs y Marcelo Sánchez Sorondo, ofrece una visión amplia e inclusiva de cómo promover el florecimiento humano. El libro presenta deliberaciones teológicas, filosóficas y éticas de gran diversidad y profundidad sobre los desafíos del desarrollo sostenible, abordando cuestiones de pobreza, justicia ambiental, paz, conflicto y el futuro del trabajo. Incluye declaraciones de consenso sobre los imperativos morales del desarrollo sostenible, introducciones a siete tradiciones religiosas principales y sus concepciones del bien común, y reflexiones temáticas. Este libro, de amplio alcance y urgente alcance, representa una importante contribución al diálogo interreligioso y a la articulación de una ética global compartida.

El libro cuenta con un prólogo del Papa Francisco y del Patriarca Ecuménico Bartolomé.

Nuevo lenguaje

Desde Cristianisme i Justicia, en el programa de formación anual, se ofrece un curso donde jugaremos con las palabras y nos descubriremos, como en el mito del hilo de la Ariadna, en pleno centro del laberinto tirando del hilo para que el lenguaje teológico cambie y nos vuelva a inspirar. Lo haremos desde una orientación abierta a las cuestiones de género y con la sana negociación feminista del sentido de los fundamentos antropológicos, históricos e interpretativos de nuestra fe. Nos aventuraremos a descubrir el silencio como fuente de una palabra y con-sentido/a y articularemos nuestras experiencias creyentes desde la perspectiva de reconocimiento y representación re-membrando los sentidos olvidados o silenciados.

Nos inspiramos en Elisabeth Schüssler Fiorenza, Judith Butler, Alicia Puleo, Mary Daly, Paul Ricoeur y otras pensadoras que expresan sus dudas sobre la pertinencia de usar la palabra “hombre” para designar la condición humana y se dejan encontrar por el feminismo.

EN TORNO A LO “COMPLEJO”

Como ha sido durante todo el (des)gobierno de Bergoglio la ambigüedad fue la regla para dar informaciones, sin descartar el secretismo sobre las andanzas que se conocieron después. Aunque se insistía sobre la necesidad de la más absoluta transparencia.

Pero sería bueno que ahora conociéramos la verdad sobre su verdadero estado de salud. Sus correveidiles insisten en que ha pasado “una noche tranquila”y se notan los esfuerzos de Elisabetta Piqué, corresponsal de La Nación en el Vaticano, para minimizar tan delicado asunto.

Pero el buen sentido indica que es algo bastante más serio, escondido detrás de la palabra «complejo».

¿Qué inconveniente sería hablar directamente de gravedad o al menos de delicado? Eso aumentaría la piedad de los fieles que rezarían más fervorosamente sus preces para la mejoría.

Me uno a ellos en las oraciones, que buena falta le hacen a Jorge Mario Bergoglio. Y también lo haré por la pronta restauración de un Papado católico.

DOCUMENTO DE MEDELLÍN: LA SEMILLA DE LA SUBVERSIÓN

Por razón de método, y teniendo en cuenta el carácter relativo de toda tipología – que comporta necesariamente matices y simplificaciones – y tratándose de una clasificación en función del cambio social, señalaremos los siguientes grupos: los tradicionalistas o conservadores, los desarrollistas y los revolucionarios que pueden ser marxistas, izquierdistas no marxistas o ideológicamente indefinidos.

 Los tradicionalistas o conservadores manifiestan poca o ninguna conciencia social, tienen mentalidad burguesa y por lo mismo no cuestionan las estructuras sociales. En general se preocupan por mantener sus privilegios que ellos identifican con el «orden establecido». Su actuación en la comunidad posee un carácter paternalista y asistencial, sin ninguna preocupación por la modificación del statu-quo. Sin embargo, algunos conservadores actúan muchas veces bajo el influjo del poder económico nacional o internacional, con alguna preocupación desarrollista. Las fuerzas militares apoyan en diversas partes esta estructura y, a veces, intervienen para reforzarla.

Los desarrollistas se ocupan preferentemente de los medios de producción, que según ellos deben ser modificados en calidad y cantidad. Atribuyen gran valor a la tecnificación y al planeamiento de la sociedad. Sostienen que el pueblo marginado debe ser integrado en la sociedad, como productor y consumidor. Ponen más énfasis en el progreso económico que en la promoción social del pueblo, en vista de la participación de todos en las decisiones que interesan al orden económico y político. Es la mentalidad que se observa con frecuencia entre los tecnólogos y las varias Agencias que procuran el desarrollo de los países. |

Los revolucionarios cuestionan la estructura económico-social. Desean su cambio radical, tanto en los objetivos como en los medios. Para ellos, el pueblo es o debe ser el sujeto de este cambio, de modo que participe en las decisiones para el ordenamiento de todo el proceso social. Esta actitud puede observarse con mayor frecuencia entre los intelectuales, investigadores científicos y universitarios.

Nota catapúltica

Esta descripción puramente sociológica fue instrumentada por la Iglesia posconciliar para promover la Teología de la Liberación. La influencia marxista se refleja en el lenguaje: «mentalidad burguesa», «medios de producción», «pueblo como sujeto del cambio».

El Documento fue publicado en 1968. De aquellos polvos estos lodos.

ESCRIBE ANDREA SÁNCHEZ RUIZ (Profesora y secretaria Pastoral de la Universidad Plácido Marín de la Diócesis de San Isidro)

Sostener una idealizada hetero-normalidad y no integrar la realidad de la diversidad sexual tiene consecuencias especialmente sobre las personas con orientaciones sexuales alternativas, quienes experimentan fuertes discriminaciones debido a tres fenómenos: la heteronormatividad, que refuerza lo esperable socialmente en términos de comportamiento de género y normas sexuales;

el heterosexismo que, sosteniendo la heterosexualidad como lo normal y lo aceptable, devalúa y desacredita la homosexualidad y otras orientaciones sexuales;

y la homofobia como temor y aversión hacia las personas homosexuales o a quienes no se comportan según los roles estereotipados de género.

EL OPUS DEI SE SUMA AL CIRCO MUNDIALISTA

LA CRISIS CLIMÁTICA NO ES SOCIALISMO ENCUBIERTO

En un intento por imitar las políticas de Donald Trump, el presidente Javier Milei ha insinuado que el país podría abandonar el Acuerdo de París. Según sus declaraciones, la Agenda de Desarrollo Sostenible, que incluye metas para combatir el cambio climático, no sería más que un “invento del socialismo”. Esta postura, profundamente errada y carente de sustento científico, pone en grave peligro no solo el futuro del país, sino también el bienestar de millones de argentinos.

La crisis climática no es un capricho ideológico ni una herramienta política; es una realidad ineludible avalada por una inmensa cantidad de evidencia científica acumulada durante décadas. El traspaso de los límites planetarios, entre los cuales se incluye la frontera climática, está modificando los sistemas esenciales que sustentan la vida en la Tierra. Los efectos de esta transformación ya son visibles: eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y olas de frío y calor más intensas, junto con la acelerada pérdida de biodiversidad, están causando estragos a nivel global. Estas consecuencias afectan a todos, sin importar su filiación política, creencias religiosas o nivel socioeconómico. Ignorar o minimizar esta crisis no solo es irresponsable, sino que también representa una traición a los compromisos internacionales que la Argentina ha asumido y pone en riesgo aspectos fundamentales como nuestras economías regionales, la infraestructura nacional y la seguridad alimentaria.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es una guía pragmática y sobre todo plural que busca equilibrar el desarrollo económico, la protección ambiental y la justicia social. Lejos de ser una conspiración ideológica, esta agenda ha sido adoptada por gobiernos de diferentes orientaciones políticas, instituciones multilaterales y organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo. Señalar la sostenibilidad como un componente de un supuesto complot socialista es ignorar este amplio consenso global que admite y cobija una pluralidad de identidades. Y, lo que es peor, implica desentenderse de la necesidad urgente de actuar frente a los desafíos climáticos que enfrentamos como humanidad.

Resulta sorprendente y paradójico que el presidente Milei adopte una posición tan radical contra el Acuerdo de París. Durante sus primeros meses en la gestión, el mandatario suscribió proyectos como la Ley Bases, que incluía mecanismos para la creación de mercados de carbono, diseñados para compensar emisiones de gases de efecto invernadero en línea con los objetivos del Acuerdo de París. Además, integrantes clave de su gabinete, como la ministra Patricia Bullrich, han reconocido públicamente la existencia de la crisis climática. Esto indica que el rechazo de Milei hacia el Acuerdo de París no responde estrictamente a un negacionismo climático, sino más bien a su antagonismo hacia ciertos aspectos sociales que forman parte de la Agenda 2030, como la reducción de desigualdades y las cuestiones de género. Su rechazo a estos temas, que él ha tachado de ideológicos, no debería extenderse a la sostenibilidad ambiental, ya que esta es indispensable para el funcionamiento de cualquier economía. Sin sostenibilidad ambiental, las bases económicas y sociales colapsarían. Si no se toman medidas para enfrentar la crisis climática, no habrá “mercado” que regular, pues el entorno natural que sustenta la actividad económica desaparecerá gradualmente.

Abandonar el Acuerdo de París no solo nos alejaría de los compromisos internacionales y del consenso global sobre la urgencia climática, sino que también nos colocaría en una posición de aislamiento. Aunque este movimiento pueda parecer una estrategia para confraternizar con Estados Unidos, en la práctica implicaría un costo altísimo en el concierto internacional más amplio: pérdida de credibilidad diplomática, desincentivos para la inversión extranjera y riesgo de sanciones económicas por parte de socios comerciales que valoran el compromiso con la sostenibilidad.

La Argentina necesita líderes que entiendan que la crisis climática no se trata de ideologías ni de banderas políticas, sino de resiliencia humana y planetaria. La acción climática no es una opción; es una emergencia humanitaria global que requiere decisiones responsables y basadas en la evidencia. La sostenibilidad no es un lujo ni una moda, sino un imperativo moral y práctico. Si no tomamos medidas inmediatas, estaremos comprometiendo nuestro futuro, hipotecando los recursos de las próximas generaciones y condenando al país a enfrentar crisis aún mayores.

La autora es profesora del IAE. Directora del Centro de Estudios en Sustentabilidad de la Universidad Austral

UNA PROFECÍA DE CASTELLANI

En la Pascua de 1966 escribía el Padre Castellani:

“La esterilidad de la Iglesia Argentina es causa principal del actual desorden del país.  Una Iglesia pura, activa y bien jerarquizada sería antídoto y contrapeso al plebeyismo y a la canallería política”.

(Seis Ensayos y Tres Cartas, Ediciones Dictio,1978, pág.225)

Pasaron bastantes años después de 1966 y creo que el Padre no me hubiese retado por este agregado: «y del plebeyismo y canallería clerical».

¡Y eso que no conoció al entonces seminarista Jorge Mario!